Visitas.

domingo, 4 de febrero de 2018

SEGUIR AVANZANDO

Hay un poder dentro de ti el cual es mucho más superior que cualquier condición o circunstancia fuera de ti.

Tú eres responsable de tu vida y si estás sentado esperando a que venga alguien a levantarte, salvarte, arreglarte o incluso ayudarte estás gastando tu tiempo. 
Porque solo tú tienes el poder de tomar la responsabilidad de tu propia vida y de impulsarla hacia adelante. 

Entre más rápido entiendas eso, más rápido empieza a cambiar tu vida. 

Lo que importa es el ahora. Lo importante es este momento y tu complacencia de ver este momento por lo que es. Aceptarlo, perdonar el pasado, tomar responsabilidad, vivir el presente y moverte hacia adelante.

La vida nos va a intentar crujir a todos en algunos momentos.
Pero tienes que tener claro que no habrá mierda, por profunda que sea, de la que no vayas a conseguir salir.

Si la vida te da en las costillas le demuestras de qué estás hecho y te levantas. Si no tienes fuerzas, la buscas de donde sea y te levantas.

Te levantas. Si te caes, te levantas. Si te tiran, te levantas.
Te levantas siempre, pase lo que pase, cuantas veces sea necesario y sigues avanzando.

domingo, 28 de enero de 2018

DEJÉMOSLO EN MANOS DEL TIEMPO Y DEL DESTINO

Llega un momento en el que te das cuenta de que has hecho demasiado por alguien y que cualquier tipo de esfuerzo, demostración, detalle, interés o desgaste es en vano. 
Así que el siguiente paso solo puede ser separarse, alejarte y dejarlo ir, con la esperanza de que el tiempo coloque todo en su sitio.

No es que estés renunciando o que no lo hayas intentado con suficientes fuerzas, ni que no desees estar con esa persona con toda tu alma, es que debes entender que has sobrepasado la línea de la determinación hacia la desesperación. 

Tampoco estamos hablando de cobardía, porque algunas veces nos marchamos y no precisamente porque queramos hacerlo. Debemos. Y eso no es de cobardes, créeme que muy valiente hay que ser. Simplemente se trata de aceptar y entender que es inútil correr detrás de alguien que siempre huye de ti y que tan importante es saber estar como marcharse cuando ya no tienes lugar.

En definitiva, lo que es verdaderamente tuyo, tarde o temprano lo será y lo que no es tuyo, no importa todo lo que hagas, ni lo que luches, ni lo mucho que te esfuerces, nunca lo será.

Es hora de dejar que el tiempo y el destino hagan de las suyas y decidan por nosotros.

SOMOS UNA ESPECIE IDIOTA

El ser humano tiene cosas fascinantes como, por ejemplo, que a cada hora mil millones de células del cuerpo son reemplazadas o que nuestros fémures son más fuertes que el hormigón. 
Pero hay una que me seduce especialmente. Un rasgo de la condición humana que nunca deja de sorprenderme y es lo increíblemente idiotas que podemos llegar a ser, porque realmente somos una especie idiota. 

Nos encanta dejarnos llevar por nuestros sentimientos cuando estamos muertos de miedo, en vez de hacerlo cuando realmente podríamos disfrutarlo y, por supuesto, nos desvivimos por darnos cuenta de lo que realmente queremos justo cuando nos enteramos de que nos lo quieren quitar. 

Huimos bien lejos para escapar de la tristeza cuando tenemos la felicidad al alcance de la mano.

Muchas veces me pregunto ¿cómo hemos sido capaces de llegar hasta La Luna?, si a veces ni si quiera somos capaces de cuidar y mantener a nuestro lado a las personas que realmente queremos. Si ni si quiera somos capaces de cuidar de nosotros mismos.

domingo, 1 de septiembre de 2013


El otro día una conocida nadadora afirmó que cada mañana al levantarnos deberíamos preguntarnos si realmente queremos vivir el día que tenemos por delante, y que si la respuesta es "no", debemos hacer algo para cambiarlo. 
Hoy por primera vez en mucho tiempo me he atrevido a hacerme la pregunta, ¿realmente quiero vivir otro día igual?
Vamos, cobarde, conoces de sobra la respuesta, además, ¿por qué no arriesgarlo todo cuándo tienes tan poco que perder? 
El día que asumes que necesitas un cambio es un momento difícil, te entra el pánico al ver que tu mundo se desmorona, pero también ves como se abren nuevas posibilidades ante ti. Y entonces te preguntas a ti mismo "¿durante cuánto tiempo he estado engañado?", pero ahora nada de eso importa, porque estás en un punto de no retorno, donde nada volverá a ser igual y está en tu mano decidir si te quedas en el mismo lugar o si aprovechas el momento. Está en tu mano elegir entre quedarte estancado para siempre o caminar hacia delante. 
Si al final te decides por caminar, yo que tú iría de la mano de los que más quieres, porque no todos estamos preparados para caminar solos.

La soledad.

Lo que más nos suele aterrorizar con diferencia a lo demás es la soledad. 
La soledad da miedo porque te obliga a enfrentarte a ti mismo y no siempre estamos preparados para lo que podamos encontrar en nuestro interior. 
En el colegio, igual que nos enseñan matemáticas o historia, deberían enseñarnos como convivir con la soledad para ir acostumbrándonos a ella porque nacemos solos y morimos solos. Quizás por eso mientras estamos vivos nos buscamos los unos a los otros, para engañarla. 
Yo de momento no lo he conseguido, es escurridiza y mucho más lista que yo. Es muy fácil llorar cuando uno se queda solo, aunque tan fácil es llorar cuando estás solo como difícil no reír cuando estás en buena compañía. 
Estar solo es jodido, yo llevo mucho tiempo así, tanto que he llegado a pensar hasta que me lo merecía, pero la vida me ha enseñado una cosa, y es que nadie, al menos nadie que tenga corazón, merece estar solo.

martes, 30 de julio de 2013

La memoria.

Por fin he descubierto que es lo que más me gusta del mundo, la mejor parte de cada día, sin malos recuerdos, sin preocupaciones, sin memoria… Dormir. 
Dicen que la memoria se puede trabajar como un músculo, pero ¿qué infeliz querría recordarlo todo?, ¿quién no firmaría ya por tener una amnesia como un piano?
El que recuerda demasiado es un peligro público, corre el riego de quedarse estancado entre los malos recuerdos, de no poder deshacerse nunca de ese gran miedo que tanto quiere olvidar, ese gran miedo que puede hacerle perder lo que más quiere. 
Somos demasiado humanos, deberíamos imitar más a esos peces que no recuerdan nada y vivir solo el presente, pero no seamos tan injustos con la pobre memoria, también puede ser una gran aliada, "ya caíste en aquella piedra y a nadie le gusta volver a sentirse como el mayor imbécil de la tierra.", te dice al oído. 
Mi memoria debe tener algo estropeado, a veces me falla y no queda rastro de errores ni miedos, solo recuerdo lo bueno y no está nada mal. Cuando me pasa eso lo que hago es dejarme llevar y rezar para que esta vez la caída duela un poco menos y, con un poco de suerte, mañana no acordarme.

martes, 23 de julio de 2013

Las pequeñas cosas y las auténticas joyas.

Hay que concentrarse solo en lo que se puede tocar y saborear. 
No volverse loco pensando en qué hacer para disfrutar, si no simplemente disfrutar de todo lo que se hace. 
Algún iluminado dijo que la felicidad no existe. Está claro que posiblemente era más listo que yo, pero hasta yo sé que sí existen los grandes momentos de las pequeñas cosas, esas que dividen al mundo en dos tipos de personas, las que no se enteran de como apreciarlas y las que se convierten en unas auténticas expertas. 
No dejes que esas pequeñas cosas te engañen, son pequeñas pero no sencillas, tienen trampa, y es que esas pequeñas cosas no sirven de nada si no las compartes con alguien a quien quieres, porque solo cuando las compartes las pequeñas cosas pasan a convertirse en auténticas joyas. 
Las joyas de verdad no están en los museos, ni en las cajas fuertes, ni son las que brillan y deslumbran, tampoco son las que te hacen más rico. Las auténticas y grandes joyas son las que te hacen sonreír. 
Yo no me considero una persona codiciosa, no necesito muchas joyas, me conformo con volver a sentirme viva.
Quiero volver a sentir que alguien se preocupa por mi, quiero volver a sentir que hay alguien de quien me quiero preocupar. 
La felicidad es un arma de doble filo, no hay nada mejor que cuando la tienes pero si la pierdes te quedas hecho polvo. 
Cuando llega el final del día es cuando te das cuenta de que lo importante es que hay dos opciones y tienes que elegir. Puedes elegir la opción fácil, dejarte caer y hundirte, o puedes elegir la opción difícil, seguir buscando, y entonces si tienes un poco de suerte una de esas joyas pasará por delante para darte el valor necesario y volver a la superficie.

viernes, 5 de julio de 2013

La vida es un viaje.

No importa a donde vamos, da igual lo que nos espere ahí delante, observa ahí fuera y aprende. Las mismas vistas nunca pasan dos veces. Exprime cada instante que te ofrece el paisaje y no pierdas un detalle, este es tú viaje.
El principio es muy fácil, no tienes que hacer nada, naces y ya haces felices a tus padres.
La primera lección sería que el amor es gratis o que a la vida le gusta engañarte. 
Los años son los kilómetros dejados atrás, las experiencias momentos fugaces que vienen y van. 
El pasado es un recuerdo, el futuro un sueño y el presente un instante puñetero que nunca se está quieto. 
Lo que aprendemos lo desaprendemos, a veces solo para aprenderlo de nuevo, hay quienes dirían que es una pérdida de tiempo, pero solo se pierde lo que se tiene y el tiempo no es nuestro. 
Todos buscamos un consejo, un truco o un maestro, pero en realidad nadie sabe de que va esto o como se hace, es solo un viaje. 
Algunos quieren creer que todo tiene un por qué, lo que no sé es por qué lo creen, dicen que o si no la vida no tendría ningún sentido, y yo me pregunto que por qué tendría qué tenerlo. 
Aprendes que las cosas pasan y no eres el centro, que no gana siempre el que tenga el mejor argumento, que merecerse algo no significa tenerlo, pero también que tarde o temprano siempre te ocurre algo bueno. 
Sé que hay un cierto equilibrio, todos queremos más, pero es verdad que vivimos en ciclos, pierdes por un lado lo que ganas por otro sitio y de ti depende valorar lo que hay en tus bolsillos. En este viaje no hay camino, hay un final y hay un principio, somos nosotros los que inventamos el recorrido, así que elige al menos uno que sea entretenido. A medida que viajas el tren va más y más deprisa, la vida tiene esa ironía, cuando va despacio no te interesa el paisaje y cuando te interesa ya no hay tiempo para pararse. Los baches son la salsa que le ponen picante a este viaje ya que todo liso y recto no es interesante, hay que enamorarse, enfadarse, caerse y sobretodo levantarse. Puedes compartir distintos tramos con distinta gente y hacer otros tú solo porque también apetece, pero parar no es una opción, ni retroceder, ni cambiar de vagón, ni que otra persona viaje por ti, no se puede.
Aprende que la vida es un viaje, aprovecha lo que te ofrece y vive. Aprende a valorar el paisaje, fíjate en cada detalle guárdalo y sigue.

jueves, 4 de julio de 2013

Instinto y razón.

¿Por qué enfrentamos el instinto a la razón en lugar de dejar que convivan en armonía? Somos contradicción, una parte nos dice hazlo, otra parte nos dice no. Sabemos cuál es el camino, pero en vez de seguirlo, nos salimos, para luego quejarnos por habernos perdido. Inventamos excusas que convertimos en motivos, confundimos lo que debimos hacer con lo que realmente hicimos y vivimos. Vivimos deseando siempre algo que no tenemos y lo perseguimos, pero no hay uno solo de nosotros que diga que ha conseguido todo lo que un día quiso, porque no se puede, pero aunque no se pueda, insistimos. Y ese buscar "lo imposible" es nuestra bendición y nuestro castigo. Somos dueños de un montón de sueños, la decepción es el precio cuando se intenta agarrar el cielo, para ver que se te escurre entre los dedos. Y somos eso, el deseo de ser como nos gustaría, sin poder llegar a serlo. Nuestra razón comprende el límite, pero nuestro instinto se niega a verlo. Somos eso, seres imperfectos que sueñan con ser perfectos, y se recriminan a sí mismo sus defectos, que aplauden las grandes gestas, en vez de los pequeños gestos.

viernes, 26 de abril de 2013

Todo el mundo tiene su límite

Quizás cuando esté mas lejos que nunca comprenderás que nadie tenía la culpa, tal vez en ese preciso momento recuerdes que fui tan importante para ti que nunca me imaginastes tan lejos. Y justo ahí, te darás cuenta de que ya la cosas no son como antes y que todo el mundo se cansa.   

                                                                 Chipi